Palabras, palabras desplazadas y mutiladas,
palabras de otros,
fue
la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos.
Jorge
Luis Borges (“El inmortal”)
Yace un frío en la noche inmóvil
Ahí este cuerpo se hace doble
pasajero y continuo, muerto y vivo.
Y ello hace preguntarme:
-¿A dónde va el viento que no vuelve?
Resuenan como pisadas de acero las preguntas
arrojadas al hombre
como ladrillos siniestros los finales que planean
clavarse en la herida ignorante
de este corazón que se atormenta
que llueve sin raíces que no despierta
que está solo como semillas
sin manos que las viertan
Sólo queda el día
el cinturón del olvido aprieta las entrañas
y el futuro es un espacio en blanco
sin origen
Antes que anochezca seremos inmortales
seremos el cuerpo que no cesa de sentir
su propia muerte sin muerte
1 comentario:
Y, antes que anochezca...
palpar el eco...
tocar tu mundo...
mirar y no parar...
como pintar música en el aire que no volverá...
.
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