La
crisis económica sigue siendo una realidad continuamente presente en la
sociedad. Sin embargo, algo nos hace pensar a todos que esta crisis, instalada
ya de forma vitalicia, no puede seguir durando por mucho tiempo. Es razonable
pensar que pronto ha de suceder algo nuevo -ante la necesidad histórica, por su
propia dinámica evolutiva- en un sentido positivo y a través de nuevos y
reciclados valores globales. Tal es la opinión del economista Jeremy Rifkin,
quien, en su libro La sociedad del coste
marginal cero (Paidós), ya habla de una tercera revolución industrial,
con Internet y con las energías renovables como protagonistas, llegando a
afirmar, incluso, que estamos ante el fin del capitalismo, pronosticando que le
queda, a este sistema devastador, unas tres décadas de vida. La solución: el
afán colaborativo de la sociedad, basado en la sostenibilidad de los recursos y
en el poder comunicativo que otorga Internet al servicio del pueblo. Señala
Rifkin en una reciente entrevista: "Nos encaminamos a una sociedad
hiperconectada que, a través de plataformas, comparte coche, casa, etc." Estamos,
por tanto, ante un nuevo mundo, donde las personas están encontrando maneras de
materializar sus sueños y afanes. Ante esta visión de futuro optimista, donde
la sociedad juega un papel fundamental mediante la gestión de sus propios
recursos e ideales, cabe plantearse que sí es posible una alternativa al
capitalismo. De ser así, puede que estemos cerca de vivir una verdadera
democratización económica, dejando de estar controlada no sólo por las
empresas, sino tampoco por los estados ni por cualquier sistema de poder que
quite al pueblo su capacidad de actuar y de decidir libremente.
"La Tribuna" de Albacete, 1-10-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario