Dudosa agilidad del desencanto
es tu rutina más precisa.
Evocas marchitos encuentros
y vuelves a descender
de ese sueño transgredido
que ya no soporta el peso
de las derrotas.
Sin otro consuelo que retroceder,
retroceder de nuevo,
a pesar de lo mucho que dejaste atrás.
Cuando incluso se borraron
las huellas
de este camino de ahora.
Infructuoso camino que te agota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario