El pensamiento y la voluntad se dirigen juntos hacia la acción. Aunque no se mueva nuestro cuerpo.
Aunque no se materialice, y permanezca como idea, la existencia, el goce de gozar, la muerte que besa con aceros labios, el tiempo y el ser resumidos a la nada, en su absolutividad, brota, aún callada, enclavada en su esclavitud, con las cadenas en manos de aire. La voluntad se esparce en los aislados rincones del ser y lo devuelve a su materialidad, convirtiéndolo en ahora, en todo fue, en nunca ver el regreso lacónico a su estar.
3 comentarios:
Para bien o mal soy hija de la voluntad. Nada hay azaroso en mi vida, ni dado...Todo ha sido elegido y peleado...Y cómo. A veces pienso si no sería mejor dejarse llevar
La voluntad es seguir el camino de tu destino.
Gracias igual para TÍcon cariño
un abrazo
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