¿Quién soy? ¿Qué voz guarda silencio
en este instante? Es tu voz, la voz
que nace del ser. Y el ser
escucha otras voces
que mueren
en el aire. Relámpagos brotando de las bocas,
agujas lanzadas al viento de la significación,
almas hechas de letras, vidas frondosas
expuestas al sol del entendimiento.
Una palabra es el abismo
de un sueño que se ilumina
al llegar a la conciencia
de lo que ella, inmóvil,
etérea, por sí misma,
representa.
Una palabra es siempre metáfora,
forzosa relación que el hombre establece
entre dos imágenes: el signo y la realidad significada.
Una palabra es voz callada de lo visible
y de lo invisible,
desvelamiento del símbolo que lo real siempre esconde.
Aunque pueda ser visto.
Puedo ver el cielo, pero sin la palabra
no podría darle un nombre.
No podría llevar el cielo conmigo,
en mi memoria.
Pleno de identidad
en el sonido que lo evoca.
Muchas veces sería mejor desconocer ciertas palabras
como muerte, sed, dolor o hambre. De todas maneras
sería imposible evitarlas aunque no fuéramos verbalmente
concientes de ellas.
Porque en el principio no fue la palabra sino el llanto,
la rabia, la intensa rabia que causa no poder comunicar lo que se siente.
2 comentarios:
Muy bueno amigo, sigue escribiendo poesía que tienes talento.
Un abrazo,
Andrés de www.poesiaen4.blogspot.com
Me gusta la reflexión. Es muy hermoso lo del final, pero no estoy de acuerdo. En el principio fue la palabra porque nombrar es crear aquello que se nombra. Y si no tiene nombre (símbolo) no es nada. Eres un gran poeta... El poeta, siente, y si siente lo demás viene por añadidura
Publicar un comentario