agita lo más hondo, ciega el instante
que precede al ahora y un segundo
lo da por alcanzado.
Cada minuto que pasa es el tiempo que me falta,
inútil recuperar las señas,
los matices cotidianos:
la incertidumbre o la idea se van alejando
como un lento eco que se pierde en el aire.
En lo más hondo
tu cuerpo
fundiéndose
con el mío
y un sueño que lo recubre,
sueño de otro sueño que fue vida
o deseo.
Ilusión de luz aplacada que nombra mi memoria
en la soledad de la noche, que fiel
como las aguas de Heráclito, ya se aleja
y se pierde con las pasadas noches
que alguna vez moré y que ahora,
olvidadas en lo más hondo del presente,
habitan fugitivas el territorio recobrado
que ya no les pertenece.
Un día esa luz daba sentido y nombre al espacio,
nunca la claridad debió abrazar la noche,
como se abraza una jarra de vino
en la tristeza.
7 comentarios:
Buen poema, impecable en todo sentido.
Un abrazo
El cierre me parece de antología.
saludos
Enhorabuena por el poema, José Manuel, coincido con Jorge Ángel en que es de antología. Se nota el paso, peso y poso de los años, de la experiencia.
Tus escritos me parecen de una gran calidad, así que yo también te añado a mis enlaces (no me había dado cuenta de que lo habías hecho tú antes).
Un abrazo, compañero.
Es hermosa. Sí, unas letras muy hermosas.
Un abrazo, Josema
Muchas gracias a todos, me alegra que os guste el poema, eso me anima a seguir escribiendo.
Hola Francisco Javier, te agradezco que añadas un enlace de mi blog en el tuyo. Sí, yo ya te había añadido antes, soy lector habitual de tu interesantísimo blog literario. Un abrazo.
Saludos a todos. JM.
Me gustan los sueños de las mariposas.
Me encanta el final del poema y entonces sueño desde las horas muertas hasta el día que se despereza en la piel del pasajero que olvidó mi nombre...
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