Cuando recuerde que te he amado, cuando
sangre mi cuerpo el dolor, cuando el amor venga,
amargo y sin nadie.
Cuando todos los ojos del interminable paraíso
retengan tu apariencia, cuando todas las miradas
sean espacios vacíos que solamente tú podrías llenar.
Cuando vuelva a latir el corazón, este lamento del silencio,
terminando la sangre de poblar paisajes
y tu imagen de morir...
Cuando todo eso suceda te pido, desesperadamente,
que ya no vuelvas a por mí.
3 comentarios:
Vine a devolverte la gentileza de tu visita, y me encontré con agradables letras, un gusto pasar por acá.
Saludos
El poema es de una gran belleza; pero se me cae en la frase "que ya no vuelvas a por mí", que lo concluye casi prosaicamente.
Ya sé que "a por" lo usa Umbral sin pestañear, pero, quizás por eso, sigo aferrada a la norma gramatical que lo prohibe.
Saludos cordiales.
Fantástico.
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