No me resisto a dejar aquí mi punto de vista acerca de una de las cuestiones más polémicas y que ha suspuesto, desde que se empezó a plantear, ya a partir de Horacio, un eterno debate acerca de lo que puede considerarse arte y lo que no. Los tiempos que vivimos, la llamada 'posmodernidad', suscita en todo momento este tipo de controversias estéticas. Recuerdo cuando estuve el año pasado en el Museo Reina Sofía y no pude dejar de sorprenderme por ver expuestas algunas piezas que fuera de un museo a nadie se le ocurriría pensar que son obras de arte. Y es que algo propio de la posmodernidad es la importancia del continente sobre el contenido, es decir, lo que un museo de arte contenga será llamado 'arte'. No sé si conocen la anécdota del grupo de japoneses que no dejaban de echar fotos a una silla, una supuesta pieza artística que sin embargo era el lugar donde se sentaba el guarda de seguridad del museo. Esto pasó en el MOMA de Nueva York, pero a estas alturas podría ocurrir en cualquier museo de arte moderno del mundo.
Yo sí creo que hubo un tiempo, las vanguardias, en que era necesario innovar, crear lo impensable, bucar por medio del ingenio cualquier forma para convertirla en obra artística y así dar un valor incuestinable al concepto de 'originalidad' tan importante a lo largo del siglo XX. Pero, a mi entender, con Duchamp tuvimos sufiente, ya quedó clara la tesis de que cualquier objeto es susceptible de convertirse en obra artística. ¿Y para qué soportar, por ejemplo, todos los años la gran estafa de esa feria o circo artístico llamado ARCO? ¿Para qué agotar una idea que si en un tiempo fue simpática e incluso genial ahora roza los límites de lo desagradable y manido? Tal vez porque los artistas de hoy en día pasan más tiempo en la Arcadia Feliz de su supuesta originalidad que desarrollando la técnica. Tal vez su egocentrismo les lleve a querer ser Dalí antes que Velázquez, sin tener en cuenta que Dalí -para ser Dalí- tuvo que admirar e imitar técnicamente y con ello renovar al genial Velázquez, soñando su pintura.
La verdad es que no lo sé. Yo respeto cualquier manifestación del hombre, aunque se base en mostrarnos una letrina, pero por favor, que no me digan que eso se llama arte, porque entonces no sólo me insultan a mí y a todos los que todavía tienen la ilusión de encontrar algo que merezca la pena en un museo, también insultan a Miguel Ángel, a Boticelli, a Leonardo y sobre todo a muchos jóvenes artistas de gran talento que no pueden colgar su obra en un museo porque en su lugar hay una letrina o un montón de cajas de madera desordenadas.
En fin, juzguen ustedes lo que es arte y lo que no es. Yo lo tengo muy claro, para mí arte es esto o esto, antes que esto o esto. Vale.
Yo sí creo que hubo un tiempo, las vanguardias, en que era necesario innovar, crear lo impensable, bucar por medio del ingenio cualquier forma para convertirla en obra artística y así dar un valor incuestinable al concepto de 'originalidad' tan importante a lo largo del siglo XX. Pero, a mi entender, con Duchamp tuvimos sufiente, ya quedó clara la tesis de que cualquier objeto es susceptible de convertirse en obra artística. ¿Y para qué soportar, por ejemplo, todos los años la gran estafa de esa feria o circo artístico llamado ARCO? ¿Para qué agotar una idea que si en un tiempo fue simpática e incluso genial ahora roza los límites de lo desagradable y manido? Tal vez porque los artistas de hoy en día pasan más tiempo en la Arcadia Feliz de su supuesta originalidad que desarrollando la técnica. Tal vez su egocentrismo les lleve a querer ser Dalí antes que Velázquez, sin tener en cuenta que Dalí -para ser Dalí- tuvo que admirar e imitar técnicamente y con ello renovar al genial Velázquez, soñando su pintura.
La verdad es que no lo sé. Yo respeto cualquier manifestación del hombre, aunque se base en mostrarnos una letrina, pero por favor, que no me digan que eso se llama arte, porque entonces no sólo me insultan a mí y a todos los que todavía tienen la ilusión de encontrar algo que merezca la pena en un museo, también insultan a Miguel Ángel, a Boticelli, a Leonardo y sobre todo a muchos jóvenes artistas de gran talento que no pueden colgar su obra en un museo porque en su lugar hay una letrina o un montón de cajas de madera desordenadas.
En fin, juzguen ustedes lo que es arte y lo que no es. Yo lo tengo muy claro, para mí arte es esto o esto, antes que esto o esto. Vale.
11 comentarios:
La del arte es una cuestión peliaguda, José Manuel.
Es cierto que en su nombre se han cometido y se seguirán cometiendo innúmeras tropelías, pero también es verdad que lo que tiene de controvertido lo tiene también de incuestionable.
La belleza, dicen, está en los ojos del que observa. Yo creo que es una simple cuestión de emociones. Lo que me emociona, por abstracto o ridículo que sea, me parece bello. Pero probablemente no sea yo la persona más indicada para hablar de estas cosas.
De cualquier forma, tu exposición me parece magnífica, como es habitual.
PS. Sigo trabajando en el relato para tu revista.
Sí, estoy deacuerdo. Yo sólo ofrezco mi punto de vista, pero entiendo que ni en el arte, ni en cualquier otro campo, es aconsejable el dogmatismo ni la ortodoxia.
saludos.
Pd.- Suerte con el relato, no hay prisa ya que acabamos de sacar el último número.
La relación del hombre con el arte comienza por el placer. La relación del hombre con el arte es idividual es decir, entre la obra y el hombre, por ende, la natuarelza del arte es sumamente subjetiva, es decir que lo que es bueno para ti, puede ser un mamarracho para mi o visceversa, pero es cierto también que el arte en estos tiempos, en la mayoría de los casos ha devenido en un código críptico hecho para satisfacer al los críticos y a los propios artistas. lamentable.
Saludos
Buen post
Te invito a visitar mi blog
Muy interesante.
Coincido plenamente contigo. La última vez que fui a una exposición, salí preguntándome qué rayos era aquello y porqué la mayoría de los artistas contemporáneos tienen tanto afán de innovar y experimentar, olvidándose por completo de los verdaderos valores de una obra de arte.
No sé hasta que punto mi opinión puede aportar algo a este tema.
Yo he llegado al convecimiento de que "arte" es cuestión de suerte; es decir, que el galerista, el editor, el que sea del que depende la difusión de la obra le guste y te promocione.
Para mí arte es, emocionarme, que mi alma se estremezca, por ejemplo, con la página de www.eye4u.com y las imágenes de García Alix o los versos de Pedro Salinas; sin embargo, Duchamp me deja absolutamente indiferente, como ver pasar el aire.
En cualquier caso, coincido contigo, en el arte no vale dogmatizar. Y que cada cual se quede con lo que le llene.
Antes que nada agradezco tu visita en mi sitio.
Interesante reflexión, y bien documentada además, particularmente considero que el arte, si bien como derecho puede llegar sólo hasta donde comienza el derecho ajeno, como expresión no puede limitarse bajo ningún parámetro, por ejemplo, Sun Tzu escribió "El Arte de la Guerra" 400 años antes de cristo, pero yo nunca podré aceptar que matar a otra persona o grupo de personas sea un arte.
Saludos
En algún punto creo que la cosa es simple, hay artistas y gente que pretende serlo, estos creen que cualquiera hace "arte", cualquiera es cubista o hasta impresionista, y más allá de si el "arte conceptual" está ya gastado, se aferran a eso porque lo ven fácil.
Es cierto eso de que para ser Dalí (o inclusive más difícil aún, Picasso), hay que saber manejar las formas clásicas, y también es cierto que puede gustarte algo que reconozcas que no es bueno.
Cándido Portinari sostenía que "El arte es arte o es mierda".
Claro que siempre puede haber alguien al que le emocione lo segundo.
Estoy segura de que, sobre este tema, con este mismo punto de vista, y con los mismos recursos retóricos, he leído dos docenas de artículos antes, firmados por los Parreños y las Titas Martínez.
Saludos
Estimada Gatopardo:
Tal vez mi exposición le parezca un tanto conservadora pero creo que se equivoca usted al tener tal impresión. A mí aparte de los pintores clásicos me encanta Monet, Dalí, Munch, Hopper, Lichtenstein, Mondrian y un larguísimo etcétera. Valoro la ruptura y la originalidad cuando realmente es cierta. Lo que no valoro es la imitación de la originalidad, la falsa réplica de una fórmula que por haber dado muy buenos resultados ha servido de referente a los pintores posteriores desvirtualizando el arte por el uso de recursos manidos y superficiales una vez sacados de su contexto. En este sentido estoy completamente de acuerdo con el planteamiento de Señorita Cosmo.
Saludos.
Estimado José Manuel: si no supiera que usted es lo suficientemente inteligente como para elaborar sus reflexiones basándose en su puntos de vista y su percepción, que creo únicos y perspicaces, me contentaría con este texto y su comentario explicativo. Pero de usted espero más, mucho más, y sé que es capaz de superar todas mis expectativas.
Respecto a sus comentarios en mi bitácora, es un honor para mí que usted participe, y espero que defienda sus puntos de vista con la rotundidad que le parezca oportuna. Y si me contradice y argumenta contra mis afirmaciones, no tema que me vaya a enfadar. Mi inicua naturaleza disfruta con la polémica.
Saludos cordiales.
Lo único que hago es ser sincero y decir lo que pienso, a mí también me gusta que haya diversidad de opiniones, de lo contrario sería todo muy aburrido. Saludos.
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