Resulta irónico y maravilloso ver que, en estos tiempos de absoluta mediocridad, hay alguien que brilla con luz propia, desplegando inteligencia e ingenio allá por donde vaya. Persona y personaje, como Dalí, Fernando Arrabal representa una especie en extinción de hombre magnífico, casi iluminado por los dioses, que no cesa de sorprendernos con sus increíbles ideas y manifiestos pánicos. Arrabal nos habla de Cervantes, de Kierkegard, de Breton, de Wittgenstein, de Huellebeq, de Comte, de Platón, de las Musas, del Ajedrez, del Tiempo, del Semen, de Borges, de Todo.
Entristece pensar que ya no quedan personas así, que vivimos en un mundo gris donde los escritores apenas se expresan en público, pues lo hacen a través de sus agentes editoriales.
Con Arrabal hemos visto que la literatura se parece a una obra de teatro. Hemos comprendido que todo es juego, que el hombre es un ser trágico y cómico.
Arrabal interpreta un papel. Pero Arrabal es mucho más que un actor. Arrabal mueve las piezas de su tablero, su obra literaria (su obra de vida) y como el Dios de Borges que mueve al jugador y este la pieza, Arrabal hace que el Arrabal personaje interprete su papel con suma maestría en todo momento.
La mañana se me alegra cuando abro el periódico "El Mundo" y leo sus 'jaculatorias' y 'arrabalescos', sus espléndidas definiciones, su constante revisión del concepto 'pánico', etc. Y siempre algo se altera en mi mente al observar la fotografía que acompaña al texto, donde siempre veo una situación insólita, creativa y fascinante.
Decir Arrabal es decir creación (poiesis), es decir Arte Possurrealista y Posmoderno en estado puro, es decir 'logos' revelado e intuición. Arrabal me gusta y no me gusta. A veces lo admiro y otras me violenta. Su gesto, casi siempre sonriente, refleja una imagen enigmática, un no saber de qué se trata esa representación. Arrabal a veces desorienta, te deja perplejo y confuso y otras te engancha, como lo prohibido cuando se convierte en placer. Pero Arrabal, como los patafísicos, todavía no puede afirmar con rotundidad si apareció antes el huevo o la gallina, si fue antes Dios o Él mismo.
Hombre renacentista (cultiva casi todos los géneros literarios además de la pintura y el cine), hombre de ingenio (de genio), hombre filósofo, hombre de ciencia y de ángeles. Es un Don Quijote y un Sócrates, un ser especial que representa su tiempo pero que está fuera del mismo.
¿Qué no es Arrabal?, cabría preguntarse.
A Arrabal no hace falta leerle -como al Quijote- para conocerle. Además de mago de la palabra es un mago de la vida, un participante de un juego complejo -como el ajedrez- pero divertido al mismo tiempo, porque la inteligencia, de la que Arrabal puede presumir, es la que dirige nuestro camino y el hombre a fin de cuentas no hace si no otra cosa que seguirla de una manera inevitable, si acaso con fe y blasfémica reverencia. Arrabal ha dicho: Soy un escritor ‘de culto’: se me ataca de oídas, se me elogia a ciegas, se me plagia sin leerme.
Mi elogio de Arrabal es casi a ciegas, todavía no me he adentrado con profundidad en su obra, sólo tengo impresiones de unos cuantos libros y artículos suyos que he leído, de algunos cuadros que he admirado, de algunas películas que he gozado aunque fueran en francés y no me enterase de nada y de algunas coferencias a las que he asistido, poco más. Pero no hace falta mucho más para darse uno cuenta de que ese señor bajito y simpático desprende una brisa implacable de genialidad.
Arrabal es sobre todo un paradigma de nuestro tiempo. Su presencia nos lo justifica. Es un cosmos en sí mismo, una galaxia pensante. Y yo, pesimista genético, todavía creo, sin embargo, en el Arte de mi tiempo, porque soy contemporáneo de un ser superior llamado FERNANDO ARRABAL.
En fin, sólo me queda expresar mi agradecimiento a Arrabal por ser quien es y por haberlo sido siempre: Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam.
3 comentarios:
delicioso texto José Manuel, me has hecho desear su trabajo, emepzaré a buscarlo.
Saludos
Y por si alguien duda aún de su genio, no dejen de verle aquí.
jajajaja, increíble el video, Jose Manuel, me interesa tu opinión al respecto
Saludos
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