La poesía es la expresión más sublime del espíritu, el lenguaje poético convierte la realidad en un símbolo abierto de belleza. El ser cobra una identidad semiótica cuyo aliento metafísico profundiza en la total experiencia de la vida, dejando una sombra de verdad inagotable, un misterio sin límites, un eco de sustancias sensibles que embellecen el alma y la ubica en un nuevo escenario: el enigma sonoro de la existencia.